1919 constituyó el año en que la familia Geraldi, oriunda de Resistencia, iniciara su expansión hacia el interior del por entonces territorio nacional del Chaco, precisamente hacia Quitilipi.
En compañía de don Luigi Geraldi -inmigrante italiano desembarcado en el puerto de San Fernando el 2 de febrero de 1877, propietario de la hoy casona-museo Luis Geraldi- y de Sixto Geraldi -un hermano-, Tobías y Francisco Geraldi se trasladan a la ciudad de Presidencia Roque Sáenz peña en búsqueda de un solar para establecerse e independizarse. Hasta ese año ambos trabajaban el campo con su padre y alternaban esas tareas con viajes a Santa Fé y a la zona de Chascomús para la trilla de trigo y cosechas de maní.
Sáenz peña no cubrió sus expectativas por lo que regresaron a Resistencia, allí Sixto
decidió no continuar con la aventura por encontrarla muy difícil y peligrosa. Luego, asesorados sobre disponibilidad de tierras en Quitilipi, los dos hermanos y su padre bajan a ésta llegando el día 8 de mayo de 1919.
Realizados los trámites de rigor, toman posesión del Solar C de la Manzana 74, donde fundan el “Almacén, Herrería y Carpintería LOS FURLANOS”, de Geraldi Hnos.
A mediados de 1920 don Luigi vuelve a Resistencia y Tobías Geraldi trae de allí a su esposa María Judith Codutti, a su hijo primogénito Marcelino y a un hermano de María (Eugenio Codutti), quienes por entonces contaban con doce años. Fueron duros aquellos primeros años en que la asistencia sanitaria era escasa, los únicos medios de transporte eran el tren y los carros, la comunicación era a través de telégrafo y las
incursiones indígenas eran frecuentes. En más de una ocasión debieron pasar la noche escondidos en las fosas de la transmisión de la carpintería cuando algunos grupos de aborigenes “alzados” merodeaban la zona buscando pendencia.
La sociedad de hecho formada por los hermanos Geraldi perdura hasta 1935, cuando Francisco deja la compañía para dedicarse a la atención de campos que había adquirido al norte de la población. A partir de ese año, toma su lugar Eugenio Codutti, cuñado de Tobías, refundándose la sociedad bajo el nombre de Geraldi & Codutti, bajo la cual funcionara hasta 1983.
En esta fotografía de 1921 se observa a Tobías Geraldi apoyado en una rueda de cachapé y a Francisco Geraldi recostado por el marco de la puerta del almacén de la firma. A espaldas de Tobías su hijo Marcelino y a la derecha de éste, sobre unas maderas, Eugenio Codutti su pequeño cuñado. En el margen derecho de la foto, apoyada en una portada está María Judith Codutti, esposa de Tobías.
Las actividades desarrolladas por los hermanos Geraldi primero y su sucesora Geraldi & Codutti, han ocupado un lugar de importancia en el crecimiento de nuestro Quitilipi. La carpintería se abocó a la fabricación de todo tipo de artículos de madera: mesas, sillas, ventanas, puertas, fiambreras y otros elementos necesarios en la época; y la herrería cubrió las necesidades referidas a afilado y cementación de rejas para arado, cruces, herrajes de todo tipo y durante muchos años, como aplicación de las dos especialidades, con la fabricación de cachapés, jardineras y volantas. Hasta bien entrada la década de 1970, la fabricación de masas para carruajes, ruedas y llantas, así como el herrado de caballos para su tracción eran tareas habituales de la empresa.
Luego de sesenta y cuatro años de ininterrumpida actividad, en 1983 la firma iniciada por los dos pioneros cierra definitivamente sus puertas, continuando, con otro nombre y bajo la dirección de un nieto de don Tobías, únicamente la carpintería.
En el marco de 98° Aniversario de Quitilipi la Municipalidad de Quitilipi colocó una placa recordatoria en el solar de Avda. 25 de Mayo, donde estos precursores iniciaron su proyecto laboral.
El Observador
Fuente: Archivo Personal
